La tercera edad: la cosa no es cuando se llega sino cómo se llega…
Hace ya varios años, incluso décadas, que el “ejército de cabecitas blancas” se está apoderando del mundo actual, preparando su (¿total?) dominación sobre el mundo que nos espera. Es una invasión tan silente como voraz que hasta parece una epidemia. Nadie puede escapar de ella, nadie puede esconderse. Sus estragos no distinguen de raza, género, creencias o posición social. No es una enfermedad, es simplemente la vida.
La especie humana, recorriendo su camino evolutivo a través del tiempo y el espacio, ayudada los avances tecnológicos que ha ido desarrollando, ha extendido su horizonte de vida. Las tasas de mortalidad se han reducido de la misma manera que las tasas de natalidad a tal punto que han puesto a temblar las faraónicas estructuras de las “pirámides etarias”. Más aún, las ha comenzado a voltear, a poner “patas arriba”. ¿Qué quiere decir eso? Pues que los “jóvenes del ayer” no ha encontrado reemplazo en las juventud actual, dando paso al fenómeno del “envejecimiento poblacional”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa en la “tercera edad” a las personas que pasan de los 60 años de edad. En el Perú, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que al 2015, la población adulta mayor (60 y más años de edad) en el Perú asciende a 3 millones 11 mil 50 personas que representan el 9,7% de la población. De este total, 1 millón 606 mil 76 son mujeres (53,3%) y 1 millón 404 mil 974 son hombres (46,6%).
La vejez siempre ha sido un aspecto presente en la psiquis humana. Muchos países poseen un sistema diseñado para asegurar la calidad de vida de las personas luego del retiro laboral que hasta hoy en día sigue siendo un tema de álgido debate. Lo cierto es que distintos son los caminos, más solo uno el destino. Algunos “llegan bien”, otros no tanto.
En el Perú, 1 de cada 3 adultos mayores viven en la pobreza, los otros dos tuvieron mejor suerte pero eso también está sujeto a discusiones. La realidad es que cada uno hace lo mejor que puede para seguir adelante. Si bien la mayoría vive con su familia, 6 de 10 llegando incluso a ser la cabeza del hogar, el 16% de ellos vive solo. Poco más de la mitad de los adultos mayores peruanos (54,7%) forma parte de la Población Económicamente Activa (PEA) y menos de la mitad (40,2%) está afiliado a un sistema de pensiones.
La ausencia de políticas públicas asertivas y correctamente dirigidas hacia la población adulta mayor deja muchas personas a su merced, lo que muchas veces significa a la deriva. Las siguientes imágenes son un registro documental realizado durante varios años de las condiciones que enfrentan nuestros compatriotas de la “tercera edad”.























